sábado, 10 de abril de 2010

necesito una copa


En mi cara hay dibujada una sonrisa de seguridad en mi mismo que estoy muy lejos de sentir. Su cuerpo, casi pegado al mio, y de su boca surgen palabras como un río de plata, hermosas, lentas, suaves, con un sonido parecido al ronroneo de un gato mimoso, y todas ellas sin excepción son provocadas por el alcohol.
Su cabeza se apoya en mi pecho y puede oír la fuerza con la que late mi corazón, mi mano comienza a temblar y para disimular acaricio suavemente su pelo.
Sigue hablando, sigue volviéndome loco con cada una de las frases que deja caer sobre mi pecho. mientras mi cerebro arde con todas las posibilidades de un siguiente paso. Ella me mira los ojos, y puede ver en ellos lo que me esta sucediendo. Duda, se calla unos instantes y piensa en todas las posibles consecuencias de liberar sus labios y permitirme entrar en mi pequeño paraiso.
Cierra los ojos, y abre la boca. Ya no va a decir mas cosas hermosas.
Escucho disculpas, escucho problemas, escucho deseo y sentimiento de culpa. Asiento, lo entiendo, me toca levantarme, largarme de alli y no insistir, sonreir y demostrar que soy un buen amigo.
Su mano me retiene y sus brazos me aprietan en un abrazo eterno, puedo notar las lagrimas resbalando sobre su suave cara y cayendo sobre mi pecho, ahora soy yo el que le susurra al oído, diciéndole que todo se arreglara, que sea muy feliz, y que no se preocupe por mi.
Se levanta, tiene que marcharse, la acompaño afuera y se despide de mi con un suave beso en la mejilla. Veo como su coche desaparece en una curva.
Vuelvo a la fiesta y un amigo se me acerca habla como hablan los borrachos, gritando y con felicidad en la mirada.
- ! tío! tomate un porro, anda, que es tu cumpleaños. joder, no se cumplen 18 años todos los dias.
agarro el porro y le pego una profunda calada, lentamente sale el humo de mis pulmones.
- ¿que tío? ¿a que sabe la mayoría de edad?
escupo al suelo, solo puedo mirar y responderle.
- A ceniza.
me marcho, necesito una copa

3 comentarios:

sandra dijo...

Sí, los 18 pueden saber a ceniza, pero también pueden tener miles de sabores más a lo largo de los 364 días que quedan para los 19. Y estoy segura de que muchos de esos sabores serán mas sabrosos que la ceniza.

sabenaranja dijo...

yo estoy con Sandra :)
y a veeer, una cosa es el insomnio y otra no tener la necesidad física de dormir. y se puede soñar despierto ;)
un besooo

Kevin Afgan Smockah dijo...

No jodas! como que a ceniza? me has decepcionado xD
ya sabes que tus textos molan,no hace falta que te lo diga,haber si me animo yo tambien y me pongo a escribir de nuevo,en fin todo se andará!
cuidate tio,namasté!

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